En el mundo hay más de 7 miles de millones de personas, es decir, más de 7 miles de millones de posibilidades. Cada ser humano en esta tierra es único, sin excepción alguna, mira a tu alrededor con gran detenimiento y te podrás dar cuenta que, aunque parezcan almas gemelas siempre hay algo que los diferencía.

Me gusta compararnos con los pavorreales, ¿por qué? Muy sencillo, los pavorreales por más idénticos que parezcan, no lo son. La intensidad, tonalidad y tamaño de su color varía entre ellos. Con ésto quiero explicar que nosotros por mas idénticos que nos percibamos NO lo somos, incluso cuando tenemos un hermano gemelo hay al menos una pequeña diferencia.

Los colores

Comparo los colores del pavorreal con nuestros rasgos tanto físicos como emocionales, todos brillamos en algún aspecto diferente. Cada uno de nosotros tiene colores brillantes y únicos que a muchos les agradan y a muchos no. Pero es ahí donde tenemos que intervenir, pues realmente no tenemos que preocuparnos por si les agrada o no.

Opino que debemos ser nosotros mismos en todo momento. No perder nuestra esencia. Claro eso no quiere decir que no debemos cambiar o corregir errores/actitudes que realmente son malos. Mientras nuestros actos o personalidad no le hagan daño a nadie, todo está bien. En pocas palabras, no cambies tus colores solo para agradarle a alguien, es más, muéstralos con orgullo, ya habrá alguien que disfrute verlos.

Sobre la fotografía

Esta fotografía la tomé en un hotel donde abundaban estos coloridos animales. Al pasar por ahí pude contemplar este amigüito posando para mí entre ese hermoso fondo natural.

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Me agrado demasiado el contraste de verde y blanco con los colores brillantes del pequeño animal.  Espero de igual manera la fotografía sea de tu agrado y que mi texto también. Si te agrada te invito a seguirme en mi Instagram.