El campo, siempre presente, siempre bellísimo. Muchas veces no nos detenemos a ver cuán hermoso es, ya sea por miedo a ensuciarnos, a tropezar, o por los insectos. Lo cierto es que, es un lugar que te llena de paz, de tranquilidad, sentir ese aire, ese rayo de sol caer sobre ti, es una sensación que te da energía, te da ganas de vivir.
Esta fotografía, tiene un año que la tomé. Y no había tenido la oportunidad de compartirla aquí, pero ahora la tengo. Recuerdo perfectamente aquél día, soleado. Las pequeñas flores amarillas captaron mi atención, me acosté cerca de ellas, y sin querer, a lo lejos pude ver el ganado de un hombre que cerca de ahí, estaba cuidando. Había un par de abejas en las florecillas, y me decidí a molestar lo menos posible. Capturé un par de imágenes, y esta fue la que más me gustó.
Un muy bello recuerdo, y una linda postal de Apan, el lugar donde crecí desde que tengo memoria. Espero que a ti te haya agradado la imagen, y estas palabras. Si fue así, te invito a que visites mis publicaciones más recientes Mira hacia arriba, hay más que cielo y Pequeña flor, un gran recuerdo.
Del mismo modo, te invito a que valores esta fotografía en mi Instagram, y en los comentarios, que son bienvenidos. ¡Hasta la próxima publicación!