Mirando, caminando por calles poco frecuentadas, observas tantas cosas que llaman la atención. Todo es diferente, desconocido, no sabes hacia dónde te diriges. Y es que para muchas personas podría ser muy común y nada especial, pero como ya he dicho, hay que fijarse en la belleza de lo cotidiano. Existen un montón de cosas, un montón de bellos encuadres esperando ser capturados. Momentos que algún día serán añorados.
No notamos que utilizamos la naturaleza como medio, como herramienta para adaptar el entorno a nuestras necesidades. Los recursos naturales son algo importantísimo y muy útil. Me da tanta curiosidad cómo la gente utiliza lo que encuentra para construir cosas increíbles.
Naturaleza + ingenio = Perfección
Hace unos días fue así. Caminaba con unos amigos, y afortunadamente traía mi cámara. Noté una anomalía entre las pequeñas casas de aquellas calles por las que no suelo caminar muy seguido. Un hogar cuyo cercado estaba construido meramente por carrizos. Mi primera impresión fue de asombro con el ingenio del dueño o dueña de esta casa, y mientras más me acercaba, más me gustaba. No pude evitar fotografiarla.
Es más que una simple cerca
La cerca, con tantos carrizos juntos forma una textura agradable a la vista. Y lo mejor de todo es que va más allá de ser una simple reja. Tiene un diferenciador, un valor más especial. Así, cada uno de nosotros tiene un distintivo, algo que nos hace atípicos. Y más allá de querer ocultarlo, hay que estar orgulloso de no ser igual a los demás.
Quizás te interese leer: ¿Hacia qué dirección te diriges?
Como siempre, quiero que aquello que escribo sirva de algo en tu vida más allá de una simple lectura de ocio. Si te ha gustado la publicación, no olvides regalarnos un comentario, el alimento de los blogueros. Igualmente, te invito a que valores esta y otras fotografías en mi Instagram. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.