¿Cuántas veces dejamos pasar oportunidades por miedo? ¿Cuántas veces perdimos ese empleo, estudio o aventura por indecisión? ¿Cuántas veces hemos perdido algo o a alguien por descuido?  ¿Cuántas veces ha sido demasiado tarde?

¿Yo? Muchas, y supongo seguirá pasando conforme mis días avanzan. El ser humano es necio de naturaleza, pero a su vez temeroso; cuando algo es nuevo para nosotros, como un puesto nuevo en el trabajo, una nueva relación amorosa, un viaje, siempre encontramos «peros» para todo, nos cuestionamos todo. ¿Y si no funciona? ¿y si no soy bueno? ¿y si esto? ¿y si aquello? Y así podría irme muchos renglones.

Es normal todo esto, pero muchas veces gracias a estos autocuestionamientos perdemos muchísimas oportunidades que pudieron haber salido bien, o tal vez no tan bien, pero eso nunca será conocido hasta que demos ese paso, hasta que dejemos de cuestionarnos el «¿y si, no?» Por que si somos positivos podemos afrontar ese cuestionamiento con «¿y si, sí?»

¿Y si, no? / ¿Y si, sí?

Como decía antes, todo el tiempo cuando se nos presenta una oportunidad de lo que sea que represente un cambio o un riesgo nos preguntamos ¿y si no funciona, y si no sirve, y si no lo logro? Entre muchas otras… pero ¿y si sí funciona? ¿y si sí sirve? ¿y si sí lo logro? Y realmente no tiene mucho sentido hacernos estas preguntas por que al final solamente lo sabremos haciéndolo, teniendo la valentía de arriesgarnos, teniendo ese salto de fe.

Claro, puede que salga mal… pero también puede que salga bien, la cuestión es intentarlo. Es mucho mejor decir, —No lo logré— a decir —No lo intenté—. Muchas de las mejores empresas, de las mejores relaciones o de los viajes más increíbles se lograron gracias a que tuvieron ese salto de fe y a pesar de todos los miedos lo intentaron.

Antes de que sea tarde

¡Haz ese salto de fe! Claro, una cosa es tomar precauciones o ser cuidadoso, pero no excedas el límite, no dejes pasar oportunidades por el miedo. ¡Haz esa llamada, acepta ese empleo, realiza ese viaje! Solo se vive una vez y es mejor vivir sabiendo el resultado a un simple «¿Qué hubiera pasado si…?» hazlo, antes de que sea demasiado tarde.

Espero mis palabras al igual que mi fotografía hayan sido de tu agrado, te deseo lo mejor y te mando mis mejores deseos para que realices aquello que te tiene en duda, ¡un abrazo!

Del mismo autor: Un hoy, vale dos mañanas

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