Escúchame, concédeme íntegro interés por al menos un instante. Atiende mis plegarias ¿percibes mi penar? El día está por terminar, con él, las nubes languidecen, la penumbra emerge y mi vida se va.
Sigue abrazándome con tu desdén, no me inmuta más. Convierte este, mi último atardecer, en un aciago fin.
Pertinaces dolencias presentes en mí, mas hoy siento un fuerte desapego a todo lo que causa mi suplicio. Lamento no poder dominar el entorno de esta historia, pero la historia ya no domina mi ser.