Hay situaciones en la vida que simplemente no podrás dominar. Deja ya de calumniarte, ¿acaso ambicionas tropezar con la misma piedra? Me aflijo cuando mis ojos miran que estás sufriendo por tu testarudez.
—Lo tengo todo controlado— declaras, —Todo te controla a ti— replico.
Ojalá tuviésemos la capacidad de moldear lo que ocurre a nuestro alrededor, de hacer ajeno lo inherente. Pero no es así, la vida no nos permite hacer más allá de nosotros; toca aclimatarnos y dejarnos llevar, ser resiliente.
Para hacer esta fotografía no había momento perfecto que yo conociese, simplemente ocurrió. Entendía que una tormenta estaba ocurriendo, mas no tenía la certeza de cuándo caería un rayo formidable.
Déjate llevar consciente de que no puedes controlar lo exterior, pero sí lo interior. Espera lo mejor de la vida, y si no sucede está bien sentir dolor, pero no permitas que este dolor se apodere de ti. Recuerda que no hay verdadera felicidad sin conocer la tristeza.