Hace tiempo que no redacto un texto de este modo, pero en los últimos meses me he dedicado tanto a lo que me gusta, a mis pasiones, a mis deseos. Desde chico me han gustado las plantas de todo tipo, aún recuerdo que mi abuela me decía la famosa frase de jardinero «Tienes buena mano.» Esta frase corta hace referencia a que eres bueno para manejar plantas, a que tienes un tipo de habilidad o don para trabajar con ellas, de niño que te digan que eres bueno en algo te puede dar un subidón de alegría y ego enorme, hace que creas que realmente lo eres, por lo cual me empecé a fascinar por las plantas en todas sus versiones.
Empezó solamente por probar que era algo en lo que tenía habilidad, según mi abuela, comencé arreglando el jardín de mis abuelos, de mi casa, cortar árboles, podar, trasplantar, etc. hasta que comprendí que ya no hacia eso por ego, sino que realmente disfrutaba pasar tiempo en el jardín, con ellas, las plantas.
Ahora, con 25 años de edad, sigo realizándolo. Tengo una amplia colección de ellas, desde cactus, rosales, suculentas, hawortias, monsteras, entre muchas más. Mínimo dos veces a la semana, me pierdo en el jardín, ya sea regando, revisándolas, trasplantando, no sé estar ahí simplemente.
Es algo que me da plenamente paz en esta vida llena de estrés, de caos.
Y no quiero sonar egocéntrico, no considero que sea un gran jardinero, ni siquiera bueno, solo soy un chico de 25 años al que le gustan las plantas. Porque en este mundo industrial, una plantita es tu mejor compañía.
Me gustaría concluir este mini relato invitándote a obtener una plantita, la que gustes, indagar sus cuidados y volverla parte de tu espacio visual, de tu lugar seguro.
Un comentario
Felicidades, cultivar naturaleza es magnifico.