Es bien sabido que en gran parte del territorio de México se siembra, se ejerce la agricultura. Sin duda es una actividad fundamental para el sustento y consumo de las familias del país. Apan, Hidalgo, municipio de donde soy oriundo, no queda exento de esta bellísima práctica. Algunas temporadas vemos parcelas de maíz; y otras, hay grandiosos campos repletos de cebada.
El campo es muy importante
Antes de que el campo se vuelva amarillo con la cebada ya madura, éste es verde, completamente verde. Caminar en estos campos te penetra con una paz y un sentimiento de gozo tremendo. Te das cuenta de, la suerte que tiene la gente de campo, que ha dedicado toda su vida a la siembra. Para ellos, tener buena cosecha es una satisfacción muy grande, sentirse bien con lo que uno ha sembrado y cosechado.
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Aquél día que tomé la fotografía, sinceramente no lo recuerdo muy bien. Pero vemos que la siembra apenas comienza a brotar. El silencio es acompañado por el sonido de las hojas de los árboles moverse con el viento. Inhalar este aire, para exhalar lentamente es algo tranquilizante. No sé, no sé qué tiene el campo, que magia tiene, que te produce mucha calma.
De lo demás, no recuerdo mucho. Yo puedo recordar que hacía mucho calor aquél momento pues era mediodía, y el sol se encontraba en su máximo punto. Siempre será satisfactorio capturar momentos de este tipo, simplemente porque son únicos, cada uno con su toque especial. La naturaleza nos brinda las mejores escenas, las mejores vistas. Nos brinda las herramientas para sobrevivir, y por esto tenemos que cuidarla.
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Preservemos el mundo, nos necesita
Cuidar la naturaleza, las especies que viven en sus ecosistemas, eso sí que es importante. Cómo agradecerle a la naturaleza de tantos bienes que nos da: cuidándola.
En conclusión, espero que estas palabras repercutan en ti y tu forma de pensar, de ver el campo. Y si fue así, estoy muy contento. Agradezco tu atención a esta entrada y te invito a que me sigas en mi Instagram, donde tengo más fotografías. Un abrazo fuerte.
