Ay vida, te me marcaste en el corazón, lograste arrancar mi cerrazón, ay, querida.
Aquí guardo tu voz y no olvido esos sonrojos, tu mirada anula mis congojos con esa dulzura tan precoz.

¿Por qué me acechas con tu desdén? si apenas y llego a conocerte, pero si me dejas quererte de tu vida haré un vaivén.
Ven a mí, unamos mundos no hay excusas, solo nosotros, tendidos velemos los astros y sigamos este camino juntos.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Más