Tomemos un momento para apreciar la belleza de la oscuridad. La oscuridad puede dar miedo, pero también puede ser pacífica y tranquilizadora. Es un momento en el que podemos reflexionar, descansar y recargar energías.
En la oscuridad, podemos ver las estrellas titilantes y la luna brillante, recordándonos la inmensidad del universo. También podemos apreciar la belleza sutil de nuestro entorno, notando cosas que quizás no hayamos visto durante el día.
Así que abracemos la oscuridad y encontremos la belleza en ella. Ya sea dando un paseo nocturno, mirando las estrellas o simplemente disfrutando de un momento de tranquilidad a solas, apreciemos el poder y la maravilla de la oscuridad.